4 mitos sobre la cocina sin gluten, sin lácteos y sin azúcar

4 mitos sobre la cocina sin gluten, sin lácteos y sin azúcar

Mucha gente se preguntará: ¿por qué tendría yo que preocuparme de buscar y preparar recetas de cocina aptas para intolerancias si yo puedo comer de todo? Antes de seguir, ¡qué fortuna! Es una maravilla poder comer sin preocupaciones y, sobre todo, sin complicarse la vida. Pero, lamentablemente, no todos tenemos esa suerte y hemos tenido que cambiar la forma en que nos alimentamos. ¡Se puede vivir feliz sin gluten, sin lácteos y sin azúcar!

El punto es que, dado que hay tantos mitos que rodean a este estilo de vida o cocina "sinsinsin", como le llamo yo, creo que es hora de hablar sobre ellos y derribarlos.

1. Si no comes gluten, lácteos ni azúcar... ¡No comes nada más que lechuga!

Es totalmente falso. Hay muchísima comida que no tiene ninguno de esos ingredientes: el pisto manchego con huevo, un potaje de lentejas y verduras, un pad thai con fideos de arroz, un curry con leche de coco, una sopa de pescado, unos tacos de maíz, una lubina a la sal, unos guisantes con jamón, un arroz a la cubana, el hummus y una larga lista de posibilidades. Solo hay que pensar un poco más allá de lo habitual y acostumbrarse.

Garbanzos Balti

Garbanzos Balti

En mi caso, creo que jamás hubiera durado más de 2 semanas si no hubiera posibilidades para hacer muchas recetas y, sobre todo, crear nuevos platos. Por eso recogí no solo las recetas más sencillas y típicas de mi cuaderno, sino que me lancé a buscar y probar otras nuevas para sorprender hasta a los más exigentes comensales. En mi libro hay 50 opciones y en mi web he ido colgando algunas más que seguro te van a encantar.

Una comida "friendly" con algunas intolerancias alimentarias no tiene que ser aburrida ni monótona. Es más, se te abre un mundo de posibilidades cuando empiezas a experimentar con nuevos ingredientes y nuevas formas de preparar las recetas tradicionales.

 

2. ¡No podría vivir sin dulces!

Trufas de cacao "sinsinsin"

Trufas de cacao "sinsinsin"

Ni yo. Eso te lo aseguro. Pero también hay maravillosas opciones más allá de una manzana o un plato de fresas. Primero, en herbolarios y ya en muchos supermercados, hay algunas alternativas "sinsinsin" para personas golosas como yo. Pero también puedes hacerlas tú en casa.

De hecho, en mi libro te enseño a hacer varias tartas crudiveganas que son una maravilla, o unas trufas de cacao que puedes variar con frambuesas, ralladura de naranja o extracto de menta... ¡Lo que tú prefieras!

Lo bueno es que el dulce está en muchas cosas más allá del azúcar y el sirope de maíz, o de todas las cosas tóxicas que tienen la bollería, las chuches y todas esas cosas que nos encantan.

 

3. Seguro que esa comida no sabe a nada

¡No te imaginas lo bien que huele mi cocina! He conocido tantos sabores nuevos... Primero, los sabores naturales de muchos alimentos que siempre vienen "disfrazados" por los azúcares añadidos o los almidones.

Después, las especias se han convertido en parte importante de mi cocina. Tanto así, que ya tienen 4 espacios reservados solo para ella: al lado de la vitrocerámica (sobre un buen trozo de la encimera), en un cajón debajo del horno en frascos especiales con etiquetas y tapa de cristal, en una caja y en el gabinete superior... ¡Tengo más de 40 especias y variedades! Entonces, cada día es un viaje nuevo por algún rincón del mundo gracias a las mezclas.

No renuncies a la sal, que no hace falta. Solo utiliza un poco menos... Y tienes salsa Tamari (una de soja sin gluten), aceite de oliva, vinagre de manzana, hierbas aromáticas, etc. Bueno, que me estoy relamiendo de gusto solo de pensar en el buen sabor de las comidas. En mi libro encontrarás cosas tan maravillosas como una carne al vino tinto con higos secos que está para morirse y en mi web el pollo al horno con marinado de hierbas... ¡No te digo más!

 

4. La cocina "sinsinsin" es solo para celíacos y diabéticos

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¡No! Y eso es lo mejor. Porque es para todos, sin excepción. Es comida saludable, sabrosa y fácil de preparar. En general no tiene nada que envidiarle a otras comidas. Sí, te concedo que la pasta o el pan sin gluten no son iguales, pero tampoco lo es un tomate de huerta con eso que venden en el supermercado y que compras con tanto gusto. Simplemente hay que reacostumbrar el paladar y asumir la (escasa) limitación con buena cara.

Para eso, te tengo una fantástica receta de brownie sin gluten, un quinotto o unas judías picantes con albahaca, puerro y limón que dejarán a tus comensales con la boca abierta y ganas de más. De mucho más... ¿Recuerdas la escena de Cuando Harry conoció a Sally? Pues así.

Para conseguirlo, te recomiendo mi libro Cocina sana para intolerancias. Recetas sencillas sin gluten, sin lactosa, sin azúcar, publicado por Amat Editorial y que puedes encontrar en muchas librerías.